La demencia vascular (VD) se refiere al deterioro cognitivo gradual causado por enfermedades que afectan los vasos sanguíneos, tanto los pequeños como los grandes. Factores de riesgo significativos incluyen hipertensión, diabetes mellitus, hiperlipidemia y el envejecimiento. Los cambios en los vasos sanguíneos de mayor tamaño suelen resultar en obstrucciones trombóticas y/o embólicas que dan lugar a infartos localizados. Por otro lado, los cambios en los vasos sanguíneos más pequeños tienden a producir lesiones más generalizadas.
Los síntomas comunes de la demencia vascular incluyen deterioro cognitivo, trastornos motores y cambios en el comportamiento. La gravedad de estos síntomas y la forma en que se manifiestan (de manera gradual o repentina) dependen del número de eventos vasculares y de la extensión del daño cerebral.
El diagnóstico de la demencia vascular se realiza principalmente a través de la evaluación clínica, respaldada por evidencia de lesiones cerebrovasculares observadas en imágenes médicas. El tratamiento se centra en abordar las condiciones médicas subyacentes, como la hipertensión, y en algunos casos, puede incluir el uso de medicamentos antiplaquetarios.
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